Ahorrar agua en la ducha es uno de los retos para la protección del planeta: el consumo que generan los países desarrollados hace insostenible el desarrollo del tercio más vulnerable de la humanidad en cuanto a necesidades de hidratación y saneamiento, y los gastos agrícolas e industriales muchas veces superan la capacidad de los recursos naturales.

Para un uso sostenible del agua y la energía, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no más de cinco minutos de ducha por día y no más de 95 litros de agua por persona por día. Pero según un estudio de 2014 de Hansgrohe, empresa especializada en duchas, sobre los hábitos diarios de los españoles en la ducha, solo el 9% de los españoles sigue este consejo.

Según el análisis, en el que participaron 500 personas de toda España, el 42% de los ciudadanos pasa más de 10 minutos bajo el agua cada día, el doble de lo recomendado por la organización de la ONU.

Cuanto más nos duchamos, más daño sufre nuestra piel. El jabón que usamos, que, sigue siendo un limpiador, también ayuda a eliminar la grasa: la que dejamos atrás y la nuestra.

Una piel sana es una barrera protectora frente al mundo exterior. Si abusamos del lavado, podemos alterar el equilibrio de bacterias y hongos en nuestra piel, o incluso provocarnos infecciones fúngicas.

De todos modos, los baños deben reservarse para ocasiones especiales. La opción de llenar la bañera requiere más agua que una ducha rápida de cinco minutos. Con la segunda opción, puedes ahorrar hasta 400 litros de agua por semana y tu consumo de energía se reduce considerablemente. En el caso de prepararse para bañarse, basta con llenar la bañera hasta la mitad.

Es importante usar menos agua caliente para ahorrar agua en la ducha, la mayor cantidad de energía posible para calentarla.

Algunos acondicionadores o mascarillas deben reposar unos minutos para que surtan efecto. Durante este período, es necesario evitar el flujo incontrolado de agua hacia las alcantarillas. Una opción más sostenible es cerrar el grifo mientras esperas y aprovechar ese tiempo para enjabonarte el resto del cuerpo. Tengamos en cuenta que se gastan una media de 20 litros de duchas por minuto.

Los champús y acondicionadores elaborados con ingredientes naturales son menos agresivos con el agua. Alternativamente, opta por champús sólidos, que vienen en tabletas y evita los envases de plástico de un solo uso.

Lo más importante para la salud es elegir un producto adecuado al pH de la piel. Un consejo para identificar los más saludables es que «no hacen demasiada espuma y no tienen mucha fragancia».

Para ahorrar agua en la ducha, podemos instalar reductores de presión, pero suelen sustituir al propio filtro del grifo. Por eso, tenemos que tener cuidado de elegir el adecuado en función del tamaño y la forma del hilo que tengamos. Si los instalamos correctamente, pueden ahorrar un 50% en la factura del agua.

Finalmente, a la espera de que el agua se caliente en la ducha, una opción para ahorrar agua en la ducha es recoger agua fría que no se haya usado con una tetera o un lavabo. Puede usarlo más tarde para trapear pisos, regar plantas, tirarlo por el inodoro en lugar de tirarlo por el inodoro, etc.

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